top of page

Asma en el embarazo ¿Cómo debería tratarlo?

El asma es la enfermedad pulmonar crónica más frecuente entre las embarazadas. Se estima que de un 1% a un 7% de mujeres embarazadas padecen de asma


Sabemos que el embarazo es un periodo sensible, por lo que si no llevas un tratamiento adecuado, puedes aumentar el riesgo perder el control de la enfermedad.

¿Empeora el asma con el embarazo?

No hay motivo para preocuparse si durante y antes del embarazo has llevado control de tu tratamiento para el asma y has mantenido control médico


Según estudios, se estima que la tercera parte de las embarazadas asmáticas mejora durante el embarazo, la otra tercera parte se mantiene estable y el otro tercio empeora y es probable que este último tercio en empeorar es aquellas gestantes que descuidan su tratamiento o no informan a su médico de estas complicaciones


Prevenir cómo será la evolución de la enfermedad a medida que avance el embarazo es difícil, pero por lo general, aquellas mujeres que sufren un asma grave antes de quedar embarazadas son quienes tienen un mayor riesgo de sufrir un empeoramiento durante el embarazo, especialmente en el primer y tercer trimestre.

Es vital que el asma esté controlada en todo momento, toda la medicación pertinente y se sigan a pie de la letra las indicaciones del especialista.


Los riesgos de un asma mal controlado durante el embarazo

Todavía existe la falsa creencia de que todos los fármacos del asma pueden perjudicar de algún modo al embarazo, por lo que muchas mujeres asmáticas dejan de tomarlos sin consultar con su médico o varían las pautas de su tratamiento, aumentando el riesgo de complicaciones que podrían afectarle a ella y a su bebé.

Entre los principales riesgos para la madre de un asma mal controlada están los siguientes:

Preeclampsia y diabetes gestacional en gestantes con obesidad

Hiperhemesis gravídica

Hemorragia ante- y pos-parto

Placenta previa

Rotura prematura de membrana

Parto pre-término

Mayor riesgo de cesárea


Para el bebé, los riesgos de un mal control del asma durante el embarazo son:

Crecimiento fetal restringido

Nacimiento prematuro

Bajo peso al nacer

Complicaciones posteriores al nacimiento, como hiperbilirrubinemia, distres respiratorio del recién nacido o hemorragia cerebral.


Un asma mal controlado produce un descenso del oxígeno sanguíneo materno y por tanto una disminución del aporte de oxigeno disponible para el correcto desarrollo del bebé. Por eso, en casos muy graves, la vida del bebé podría correr peligro.


Medicación del asma y embarazo: ¿son compatibles?

Si, muchos medicamentos pueden afectar el crecimiento de tu bebé pero también debes evaluar si los riesgos de tomarlos son mayores a los de no tomarlos


Si hablamos de asma, ya hemos visto los graves riesgos para la madre y el bebé que pueden acarrear un asma mal controlado por no tomar medicamentos o tomarlos en dosis no adecuadas.


Por eso, si eres asmática, tomas medicación y te quedas embarazada, no suspendas el tratamiento o ajustes las dosis por tu cuenta, pues esto podría traer consecuencias graves.

Consulta cuanto antes con tu médico para que te indique cómo proceder, si es necesario cambiar la medicación que tomas por otra, o si sólo hace falta un cambio en la frecuencia en la que la tomas.


Si eres asmática y planeas quedar embarazada, es recomendable que se lo digas a tu ginecólogo en la consulta preconcepcional, a fin de establecer unas pautas seguras y saber cómo actuar a partir de que confirmes tu embarazo.


Por lo general, el tratamiento del asma durante el embarazo sigue los mismos escalones terapéuticos que indican las guías actuales para manejo del asma. Así, los fármacos con más frecuencia utilizados durante el embarazo son los broncodilatadores de acción corta (utilizados tanto para rescate como para prevención de crisis) y los corticoides inhalados (fármacos antiinflamatorios para el control de la enfermedad).


En este sentido, será necesario evaluar la enfermedad en cada visita, no solo con cuestionarios de control, sino con otras pruebas y medidas objetivas (espirometría y la medición de óxido nítrico en aire exhalado) que ayuden a determinar el estado de la paciente.

Otras medidas no farmacológicas que debes tener en cuenta

Pero además de la medicación pautada por tu médico, si eres asmática y estás embarazada deberías tomar las siguientes precauciones:

Evitar aquellos factores que podrían desencadenar una crisis asmática, como el ejercicio físico no indicado por tu médico, el humo del tabaco o la exposición a cualquier otra sustancia irritante para tus pulmones o el estrés emocional.

Las enfermedades respiratorias del tracto superior (incluida la sinusitis) pueden provocar crisis de asma o agravar los síntomas. Por ello es importante evitarlas en la medida de lo posible con medidas de seguridad y prevención, y en caso de presentarse consultar con el médico desde la aparición de los primeros síntomas.


También, la mujer embarazada asmática corre un mayor riesgo de complicaciones en caso de contraer COVID-19, por lo que estrictos parámetros de bioseguridad se deben establecer para evitar el contagio

Incluso una gripe puede agravar la condición, por lo que es fundamental tratarla lo antes posible


Si además de asmática eres alérgica, es fundamental llevar un adecuado control médico de tu alergia, así como seguir recomendaciones básicas para prevenir o mitigar los síntomas alérgicos


Vigila el peso que ganas durante el embarazo, pues un exceso de kilos puede aumentar el riesgo de crisis asmática. Los estudios relacionan una ganancia de más de cinco kilos en el primer trimestre con un mayor riesgo de exacerbación del asma.

4 visualizaciones0 comentarios

Entradas recientes

Ver todo
bottom of page