Desde la semana 16, tu bebé empezará a distinguir sonidos, y conforme pase el tiempo, el estímulo de estos sonidos será mayor, así como su respuesta, que irán desde acelerar su ritmo cardíaco, hasta las pataditas y las sonrisas
El estímulo llega a su pico al rededor del sexto mes, cuando ya conoce tu voz y sabe que es ese himno angelical, para él, sinónimo de seguridad y amor, lo que escucha
La voz materna es, junto con el contacto y el olor materno, la combinación más eficaz para calmar y confortar a tu bebé. De hecho, se ha encontrado evidencia, que el canto de la madre puede reducir la expresión del dolor en bebés prematuros.
Según un estudio de la Universidad de Stanford, los cerebros de los niños están mucho más comprometidos con la voz de su madre que con las voces de mujeres que no conocen.
Pero ¿Cómo?
Oxitocina, una de las hormonas relacionadas al placer y a la regulación del humor en los humanos, en tu bebé es segregada a mayor paso cuando escucha tu voz. Hormona que comúnmente vemos decrecida en personas con depresión, síndrome de déficit de atención y ansiedad crónica
Las regiones del cerebro que responden con más fuerza a la voz de la madre, se extienden más allá de las áreas auditivas, algunas involucradas en el procesamiento de emociones y recompensas, funciones sociales, procesan información sobre la personalidad y sobre el reconocimiento facial.
O sea que incluso antes de que empiece a razonar por completo, tu voz será un factor importante en el desarrollo cognitivo, emocional y social del bebé
Partes de su cerebro que podrían ser beneficiadas por tu voz: regiones auditivas, como la corteza auditiva primaria; regiones del cerebro que manejan las emociones, como la amígdala; regiones del cerebro que detectan y asignan valor a los estímulos gratificantes, como la vía de recompensa mesolímbica y la corteza prefrontal medial; regiones que procesan información sobre uno mismo, incluida la red de modo predeterminado; y áreas involucradas en percibir y procesar la vista de rostros.
Oír la voz materna anima las emociones, el afecto, la memoria, y la recompensa, e impulsa las habilidades comunicativas y sociales de los niños.
"La voz es una de las señales de comunicación social más importantes”, dijo Menon, autor del estudio. "Es emocionante ver que el eco de la voz de la madre pervive en tantos sistemas cerebrales".